Sobre cómo he llegado hasta aquí

Corrían los años 90. Sí, sí, 1990 y pico, parece que haga un siglo de eso… Mis padres tenían una videocámara de última generación, semiprofesional, aunque eran aficionados. No sé en qué momento me picó el gusanillo, pero me pasaba los veranos y los fines de semana haciendo pequeñas producciones con mis amig@s. Recuerdo un verano en el que junto con mi vecino, mi primo y mi hermana, hicimos un pequeño corto. Teníamos unos 11 años. Era una peli de terror a la que metimos efectos especiales, sonido y hasta créditos al final. Fue un fin de semana de trabajo a tope, pero nos lo pasamos taaaaan bien. La mayor parte del tiempo yo era la cámara, no me gustaba nada de nada ponerme delante del objetivo (sigue sin gustarme), sólo cuando era imprescindible. El resultado final, que por cierto nunca, repito, nunca saldrá a la luz más allá de los que participamos (jajaja), fue más que aceptable para los medios con los que contábamos.
Y ahí empezó todo.
A esto siguieron alguna que otra «telenovela» de capítulo único, algunos telediarios de noticias absurdas, muchos anuncios divertidos de productos milagrosos (recuerdo el spray encoge perros) y un largo etcétera. En el instituto aprovechaba cualquier oportunidad para presentar mis trabajos en vídeo, y esto siguió así también en la universidad.
Hice un primer curso de fotografía, del cual gané el primer premio del concurso efectuado entre los participantes, y posteriormente fui haciendo varios cursos de grabación, edición y producción audiovisual.
Mi primer contacto con un trabajo real fue la boda de mi hermana. Le propuse regalarle el vídeo de la boda. Fue una grata experiencia. A ésta le siguió la boda de unos amigos. Fue en ese momento cuando me di cuenta que podía ofrecer mi trabajo de manera profesional.
Hoy en día soy madre de tres niñas preciosas que, al contrario que a su madre, están más que acostumbradas a estar delante de la cámara, ¡no les ha quedado más remedio!. Creo que he hecho vídeos de toooodo lo que he considerado importante en mi vida. Sobretodo me gusta ver los vídeos de mis viajes. No lo he dicho antes, me encanta viajar. He tenido la suerte de viajar por gran parte del mundo.
Antes de ser madre, lo que más me gustaba era hacer vídeos de bodas, me emociono en cada una de ellas, las vivo como si fuera una invitada más. Desde que he descubierto el maravilloso mundo de la infancia, me apasiona también hacer vídeos familiares. Somos familia numerosa y eso ha traído más caos a nuestro hogar del que ya teníamos sin ser tantos, pero también se multiplican los buenos momentos y las situaciones divertidas.